Fecha: 10/06/2012

Distancia: 77,00

Tiempo: 04:49:41

Tiempo en movimiento: 04:03:21

Pendiente max: 17,70%

Velocidad máxima: 63,20 km/h

IBP: 172  (la segunda más fuerte del año)

Asistentes: ALO, Miguelón, Loné y muchos más

Una semana más decidimos acompañar a los tréboles en su ruta dominical. Esta vez tocaba la “Cogolludo Extreme”, una ruta que ya organizaron el año pasado y en la que se sufrió de lo lindo debido a las altas temperaturas. Por suerte este año el día estaba “en su punto” climatológicamente hablando para hacer MTB.

A las 7:00 de la mañana cargamos las bicicletas en el coche y salimos en dirección al pantano de Orellana la Vieja. Una vez allí saludos a todos los presentes: tréboles, ruteros del ortiga, independientes, locales, etc… en total seríamos unos treinta. 

Antes de comenzar la ruta nos encontramos con el primer problema. Al bajar la bici de Miguelón, ALO se percata de que el cable del cambio está más pelao que la rodilla del Lobato y así sería muy difícil completar la ruta. Los tréboles se han currao la organización y teníamos “la Granjoneta” como coche escoba, por lo que Miguelón decide salir y esperar el milagro de no tener que abandonar.

La bicicleta aguantó 11 kms (hasta que llegó la primera gran cuesta de la ruta), pero curiosamente lo que se rompió no fue el cable del cambio, sino la cadena. Rápidamente el Sr. De los Anillos sacó su tronchacadenas y arregló el desaguisado para que pudiera llegar por lo menos hasta el puente de Cogolludo donde estaba previsto el avituallamiento. 

La organización tenía preparada a nuestra llegada agua fresca, aquarius y barritas energéticas para todos los presentes, todo un ejemplo del que debería tomar nota algún que otro organizador de eventos.

Nos ofrecen dos opciones: hacer la misma ruta que el año pasado, o incluir una ascensión al castillo de la Puebla de Alcocer para luego bajar por el camino que lleva a Esparragosa de Lares. Se trataba de una variante con unos 15 kms más pero a nuestro entender mucho más atractiva y acorde con nuestro espíritu sufridor, por lo que nos decidimos por la opción del castillo. Desgraciadamente Miguelón no puede acompañarnos. Tenía que completar lo que quedaba de ruta con el piñón chico por lo que el ascenso a la Puebla sería una tortura hasta para un máquina como él.

Dos ruteros del ortiga (disculpad pero no recuerdo vuestro nombre), Paquete, El Papa, La Bestia, Mariano, Reca, ALO y un servidor nos adelantamos al resto para hacer la variante dura. Como siempre, después de una larga parada las piernas pesan más de lo debido y los de cabeza ponen un ritmo muy difícil de seguir. Tanto es así que Mariano y nosotros tuvimos que dar un “arreon” de los buenos para poder engancharnos al grupo e intentar no volver a descolgarnos. Así sería durante 20 kms hasta llegar a Puebla de Alcocer.

Una paradita a la entrada del pueblo para coger aire y comenzamos la subida al castillo. Ni las fuertes pendientes, ni el calor, ni el aire en contra… lo más difícil del día ha sido convencer a una señora para que nos dejara pasar por la calle que llevaban decorando desde las 4 de la mañana con un bonito tapiz hecho con sal y flores con motivo del día del corpus. 

Encaramos la carretera de subida al castillo. De una anterior visita que hicimos en 2010 recordábamos que lo más duro está en el tramo hasta llegar a la curva de izquierda (17,7%). Una vez allí un ligero descanso te permite coger algo de aire para afrontar el último tramo de subida.  Al llegar arriba nos estaba esperando el coche escoba con bebida fresca y algo de comer. 

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Tras las fotos de rigor nos lanzamos en un divertido descenso por el camino empedrado que lleva a Esparragosa de Lares. El Papa ha dado cuenta de lo peligroso del camino con una caída en una curva que afortunadamente no tuvo consecuencias para él, pero en la bici se le rompió la patilla del cambio, por lo que igual que Miguelón se vería obligado a seguir sin apenas cambiar de piñón. Aún así decidió no abandonar y completar la ruta… todo un sufridor.

Desde aquí y hasta llegar a la carretera de Orellana, comienza la parte más fea de la ruta. 18 kms por un camino de los que nosotros llamamos “pestosos”. Un secarral polvoriento con continuos sube-baja, piedras sueltas, baches y demás putadas que van desgastando piernas, espalda y el culete. Las bicis también sufrían ya las consecuencias del polvo del camino y las cadenas pedían a gritos un chorrito de lubricante.

A todo esto el grupo de “los del bucle” se ha roto. Mariano no tiene el día y los demás no están por la labor de bajar el ritmo, por lo que ALO y un servidor, que hoy sí hemos podido gozar de la relajación y el disfrute necesario para con los tréboles, hemos decidido acompañarle y pelear juntos contra las adversidades.

A la llegada a Orellana nos estaban esperando todos los demás para entrar todos juntos en la playa.

El baño previsto lo hemos sustituido por un “lavao del gato” en los aseos públicos de la playa. No es lo mismo, pero el día no estaba para baños.

Un par de cervecitas en el chiringuito acompañadas de unas risas y para casa que la tarde la tenemos ocupada: Roland Garros, la roja debutando en la Eurocopa y el GP de Canada de F1.

El año que viene volveremos.

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