Fecha: 27/01/2013

Distancia: 61,20

Tiempo: 04:42:25

Tiempo en movimiento: 03:55:40

Pendiente max: 24,2 % 

Elevación: + 1498/ - 1498

Velocidad máxima: 69,8 km/h

IBP: 118

Aistentes: Amalio, Juampe, Huanmari, César y Loné.


La de hoy no era una ruta cualquiera, lo de hoy era un desafío. Un desafío ante los dos picos más altos de la Sierra de Montánchez: las antenas (994m) y Cancho Blanco (La bola 953m).

 

En la última ruta por la zona en el mes de diciembre nos planteamos este desafío como la primera ruta “seria” que debíamos hacer en 2013 y así ha sido.

 

Aunque la climatología nos ha tenido en vilo durante los días previos y las nubes se veían en lo alto de las dos montañas desde el punto de salida, finalmente hemos tenido suerte y no ha llovido. A pesar de esto, la densa niebla ha impedido que disfrutemos de las vistas y ha hecho que en los descensos tuviéramos que extremar las precauciones pues el piso estaba completamente mojado.

 

A las 9:00 de la mañana mientras que tomábamos un café en Almoharín para entrar en calor antes de la salida, un mensaje llega a nuestro móvil: ¿de dónde se sale? Estoy en la plaza… Se trata del César, que sin pensarlo dos veces, esta misma mañana ha decidido unirse al desafío y ha venido desde Logrosán para acompañarnos y completar su fin de semana de locura. Lo de este hombre no tiene nombre. En un mismo fin de semana se ha encaramado con su Alma 29er en lo más alto del Pico Villuercas (1580m), las antenas de Montánchez  y la Bola de Cancho Blanco... ¡sin palabras!


Salimos de Almoharín y hacemos los primeros 8 kms por caminos embarrados y con grandes charcos que intentamos sortear sin mojarnos pues la temperatura no invita a ello. Llegamos a la carretera Almoharín-Arroyomolinos y tras 1 km giramos a la derecha para subir hasta Montánchez por la carretera de la Quebrada. Desde aquí hasta las antenas tenemos 15 kms por delante y tenemos que ascender hasta los 994 metros, por lo que nos lo tomamos con calma y nos hacemos algunas fotos a nosotros mismos, pues la niebla no permite apreciar el paisaje.

Sin llegar a entrar en el pueblo de Montánchez, giramos a la izquierda para comenzar lo realmente duro de la primera ascensión de la jornada.


Son tres kilómetros hasta la cima con un porcentaje medio de ascensión del 8,3% y máximo del 15% que cada uno afronta como puede teniendo en cuenta lo que aún quedaba por delante.

 

Al llegar arriba hacía un frío tremendo, por lo que nada más reagruparnos los cinco y tras alguna foto de recuerdo, procedemos a abrigarnos para el descenso en dirección al “bosque encantado” en la ruta del castañar. Se trata de una de esas zonas que parecen más propias de Cantabria o Galicia que de esta parte de Extremadura. A través de unos caminos empedrados y muy resbaladizos por la humedad, llegamos al bosque donde podemos disfrutar de un magnífico espectáculo de color verde y amarillo del mullido manto húmedo de hojas y musgo que cubre el suelo. Un auténtico espectáculo visual al que acompaña un agradable silencio que invita a aparcar la bicicleta por un momento y relajarse contemplando la naturaleza. 

 

Pero como a lo que hemos venido es a dar pedales, dejamos atrás Montanchez para recorrer por carretera los 9 kilómetros que nos separan de la carretera de Cáceres, la cual cruzaremos para volver a andar por caminos. Este tramo ha sido bastante rompepiernas debido al frío y a los continuos sube y baja del terreno.


Tras cruzar la carretera de Cáceres reponemos algo de fuerzas y nos adentramos en el camino que nos llevará hasta la carretera de la bola. Un camino con algunos tramos muy técnicos que requieren de fuerza y habilidad para superarlos.


Llegamos a la carretera de subida a la bola y educadamente aplazamos nuestras conversaciones para más adelante porque ahora lo que toca es dar pedales en serio. Algo más de 4 kms hasta arriba con una pendiente media de casi el 10% con la dificultad añadida de no tener referencias visuales de la cima por culpa de la niebla. Como curiosidad decir que hemos tardado 35 minutos en subir lo que luego ¡hemos bajado en 5!


Como siempre en estas ocasiones, el esfuerzo ha merecido la pena y a pesar de no poder disfrutar de las vistas, la satisfacción de haber coronado los dos puertos es enorme.


Unas fotos de recuerdo, nueva muda de ropa y descenso peligroso con el piso mojado. Pese a ello el cuentakilómetros ha pasado de 75 km/h.

 

Finalizado el descenso estábamos a apenas  10 kms de Almoharín y por lo tanto de superar el #DesafioMontanchez. Quizás por la emoción de verlo casi conseguido, el ritmo en los últimos kilómetros ha sido muy rápido, aunque me temo que más que por ir sobrados de fuerza ha sido por las ganas de soltar la bici cuanto antes… al menos por hoy.


RUTÓN con mayúsculas que MTB CRUZ DEL RÍO  volverá a hacer al menos una vez al año.

 


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