I QUEDADA NOCTURNA MEDELLÍN

Fecha: 19/07/2013

Distancia: 41,0

Tiempo: 02:27:24

Tiempo en movimiento: 01:49:04

Pendiente max: 13,60 %

Elevación: + 418 / - 376

Velocidad máxima: 66,4 km/h

IBP: 71

Aistentes: Loné y 140 más

Foto de familia antes de la salida (no llegué a tiempo :( )

Desde que los compañeros de la Peña Mtb Cruzcambike de Medellín nos enviaron el cartel anunciador de su primera quedada nocturna, marcamos la noche del 19 de julio en rojo en nuestro calendario.

Finalmente sólo he podido asistir yo y tras una decisión de última hora. Tanto es así que tras aparcar el coche en una calle cercana a la plaza, giro la esquina a las 21:32 y ¡ya está la ruta en marcha!. A eso le llamo yo ser puntuales.

Lo bueno de este tipo de eventos es que aunque vayas solo, tienes garantizado encontrarte con amigos y compañeros de pedaladas. Ruteros de Ortiga, Tréboles, Zorros de la Serena.... no sería difícil encontrar gente con la que charlar durante la ruta.

Comenzamos con una vueltecita al pueblo de Medellín y cruzando el antiguo puente sobre el Guadiana para subir al Quinto Cecilio por sus empinadas cuestas asfaltadas. Dejamos el restaurante a la izquierda y bordeamos la sierra por caminos para volver a bajar por el mismo sitio y enfilar las pistas que llevan hasta Hernán Cortés.

El paso del coche de la organización y de todos los participantes provoca una densa polvareda que hace recomendable no quedarse atrás y adelantar posiciones. Nada mejor para esto que ponerse a rueda del "Papa" (Trébol) que ha entrado de lleno en el mundo 29" con una preciosa Mérida de la que dice no acostumbrarse a los desarrollos que trae de serie y tener dificultades para moverlos... ¡menos mal que no mueve el 42!

Con la caída del sol ponemos en marcha los focos (hoy estrenaba el mío) y somos presa fácil para los trillones de mosquitos que salen a nuestro paso por los arrozales. Entre polvo y mosquitos, más de uno hemos echado de menos una mascarilla de esas que usan los alérgicos.

A la llegada a Hernán Cortés, la organización nos tiene preparado un avituallamiento líquido en el campo de futbol y de esa forma se reagrupa el personal esperando a las últimas unidades. Son unos 15 minutos los que estamos allí parados. Parados por decir algo, porque el asedio de los mosquitos hace que no dejemos de movernos como si ya tuviéramos un cubata en la mano en plena preferia de Santiaguito.

Salimos a todo gas tras el coche de la organización que intenta sin éxito adelantarse para ir preparando el camino. Yo arriesgo mis dientes por grabar unos vídeos para el recuerdo y cuando me quiero dar cuenta el grupo de cabeza (la sección élite del Trébol) se me han despegado unos 50 metros que no he sido capaz de recuperar hasta llegar a Santa Amalia. ¡Habíamos hecho los últimos 6 kilómetros a una media de 34,2 km/h". No está nada mal para tratarse de una nocturna.

Tras un nuevo avituallamiento y reagrupamiento salimos tras el coche de la policía local para hacer un recorrido por las calles del pueblo llamando la atención de todos los que a esas horas tomaban la cervecita en las terrazas... ¿qué pensarían de nosotros?

La vuelta hacia Medellín se hace complicada por el estado de los caminos (mucha arena). Llegamos de nuevo al puente viejo sobre el Guadiana y lo cruzamos para llegar al punto más bonito de toda la ruta: la subida al castillo de Medellín. Si esta subida siempre es atractiva, por la dificultad y el paisaje, hacerlo de noche entre más de 100 bikers cada uno con sus luces es espectacular. Además, la organización nos tenía preparada una sorpresita y hemos podido terminar "dentro del castillo" accediendo por la puerta lateral y por un camino de tierra que casi me obliga a echar el pie a tierra. Rápidamente vuelvo a la entrada al castillo para otear el serpenteo de bikers con sus luces subiendo cada uno como puede.

Un 10 para la organización que aún sin tratarse de una ruta organizada y sin cobrar nada de inscripción, nos han ofrecido avituallamiento suficiente y han permanecido atentos en todo momento para que todo saliera de cine. En cada cruce había un voluntario de la organización indicando la dirección y nos consta que eso no es nada fácil en una ruta de 40 kilómetros.

ENHORABUENA