A las 9 de la mañana estábamos convocados por el SMD en la puerta del pabellón José Manuel Calderón para participar en su X ruta en bicicleta. El brusco descenso de las temperaturas ha traído de cabeza a más de uno a la hora de elegir vestuario. Además, la lluvia ha vuelto a aparecer y durante la madrugada han debido caer unos buenos pocos de litros y el cielo estaba amenazante, por lo que el chubasquero hoy era una prenda muy recomendable.

La organización nos da unas instrucciones antes de salir, y tras esperar a algunos recolgones tomamos la salida a las 9:20 en dirección a la primera ermita, La de La Aurora. Los primeros 20 kilómetros de la ruta han sido por asfalto por lo que el único atractivo ha sido el intentar “sujetar a las bestias” que en su afán de entrar en calor subían la velocidad rompiendo el grupo en varios trozos.

Paso por las charcas de Los Valverdes, paso por el pueblo abandonado y en el km 20 llegamos a la segunda ermita de la mañana, la de Santa María del Zújar, la cual quedamos a nuestra izquierda y giramos a la derecha para coger el camino que lleva hasta La Coronada.

Aquí es donde ha empezado “lo bueno” y definitivamente se nos ha quitado el frío. Todo el camino hasta La Coronada es un continuo sube y baja de los que castigan las piernas, pero la primera cuesta es la que ha hecho estragos en el grupo. Los más fuertes (o los que más ganas de trabajar llevaban) han pasado a la cabeza del pelotón, mientras que por atrás más de uno se las veía y se las deseaba para completar los apenas 900 metros que tiene el temido rampón.

Al llegar al pilón de Magacela nueva parada para el avituallamiento (muy completo en esta ocasión) cerca de la tercera ermita de la mañana. Es curioso hacer la ruta de las 4 ermitas cuando lo más cercano que hemos estado de alguna de ellas ha sido a 500 metros. Seguro que más de uno no sabría en esto momentos situar alguna en el mapa. 

Desde ahí subida por los caminos que llevan hasta las Minas del Pedregal. Al llegar aquí giro a la derecha y vamos por el Cordel de Sevilla hasta el “cruce de las cagalutas”. Un camino muy técnico por la cantidad de roderas que ha formado el agua y la gran cantidad de piedras sueltas, que hacen que las subidas sean duras, lo que no ha impedido que los de cabeza subieran muy rápido.  Alguna caída sin importancia y mucho pie a tierra para llegar arriba antes de una nueva parada para reagruparnos.

La ruta estaba señalizada, por lo que decidimos no esperar más y continuar. Tres kilómetros de  descenso hacia el puente de la pared y tras pasar este comenzamos el viento de cara aparece con fuerza y hace que la llegada hasta La Haba se complique para más de uno, hasta el punto de que la parada allí para esperar al coche escoba ha sido de  ¡20 minutos!. Todo un castigo para las piernas, y por si no hubiéramos sufrido ya suficiente, la vuelta por el camino paralelo a la carretera La Haba-Villanueva ha sido ¡a todo gas!

Finalmente llegamos al punto de partida sobre las 13:15 con muchos más kilómetros de los anunciados y con la sensación de haber hecho una ruta mucho mayor.

Buena mañana de MTB en muy buena compañía.

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