¡Cuando termine la F1 donde siempre! Esa fue la forma de quedar para la salida de este domingo. “El gran circo” ha vuelto y nadie quería perderse la primera carrera de la temporada.  Tras una complicada sesión de clasificación por la meteorología, finalmente la parrilla de salida la formaríamos sólo tres bikers. Yo me hago con la “pole” y soy el primero en llegar al punto de encuentro habitual. En segunda posición de la parrilla de salida se presenta ALO con el tiempo justo de colocarse el chubasquero sobre el mono ignífugo. Y en tercera posición, tras unos GP´s ausente, aparece Diego para salir por la parte limpia de la trazada.

Una vez más los radares de los ingenieros han fallado y la salida que estaba prevista en seco, toca hacerla bajo una ligera lluvia y con cielos amenazantes. Charlie Whiting da la orden y al apagarse el semáforo rojo tomamos la salida en dirección a La Haba.

Pronto podremos comprobar que la elección de neumáticos no ha sido la adecuada y el estado de la pista está para “extremos”. Aparecen las banderas rojas y amarillas de piso deslizante, hasta el punto de que antes de llegar a La Haba y sin que sirva de precedente hemos tenido que salirnos de la trazada e incorporarnos a la carretera para evitar la salida del “safety car”. El barro acumulado en los neumáticos es peor que el temido “graining” y al llegar a La Haba hacemos una parada en boxes para descargar en el lavadero de la gasolinera unos  4 ó 5 kilos de barro pegajoso de cada monoplaza.

Una vez recuperada la aerodinámica, y en vista de que el estado de la pista no mejoraría, decidimos abandonar el trazado previsto (el puerto la cabra) y dirigirnos a Magacela por carretera subiendo hasta las 20.000 rpm en las subidas y apurando las frenadas en los descensos. La máquina de ALO comienza a sufrir las consecuencias del desgaste de la transmisión y le obliga a poner un mapa de motor más conservador y cuidar la mecánica hasta el final de carrera. Los mecánicos permanecen alerta en boxes.

Un imprevisto obliga a ALO a hacer un “stop and go” antes de llegar a Entrerríos, pero no ha impedido que tras reanudar la marcha consiguiéramos llegar a la línea de meta en el tiempo previsto.

Aunque el podio estaba asegurado, pues sólo hemos salido tres, teníamos motivos para celebrarlo y a falta de cava para descorchar, hemos degustado unas cervecitas en nuestra sede de El Rodeo que ya hacía tiempo que no visitábamos.

Con la lluvia apareciendo de nuevo, nos retiramos a nuestros respectivos motorhomes con un buen puñado de kilómetros para sumar a la clasificación.

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